La traducción asistida por ordenador

Los catálogos, los manuales técnicos, los formularios, los balances, informes financieros y de auditoría son algunos de los ejemplos de textos complicados, y con mucha repetición interna, a los que se suma la tediosa labor de copiar cifras y códigos complicados. Pero afortunadamente existen herramientas que le ahorran al traductor tener que copiar números, códigos, nombres propios, etc. y tener que recordar cómo había traducido una misma frase anteriormente.

No, no estamos hablando de traducción automática. La traducción automática (T.A.) se supone que es un programa en el que se introduce un original que sale traducido. Efectivamente, salen traducidos, pero lo que sale es tan ininteligible que a veces no se puede ni corregir. Los manuales de instrucciones son lo más fácil de traducir para estos programas. Son textos sencillos, de frases breves con sujeto verbo y predicado, bien delimitadas y señalizadas (siempre y cuando no haya erratas ni grandes ambigüedades). Poco hay que “entender” para que la máquina lo traduzca, aunque es fácil que meta la pata al traducir, por ejemplo “earphone jack” (“conector del auricular”) por “gato del audífono”. Hay algunos programas bastante avanzados, pero que, por ahora, no pueden reemplazar al traductor profesional a la hora de comprender (y con frecuencia corregir) el original.

Se supone que la traducción es el proceso de pasar de una lengua a otra un contenido o mensaje, respetando o adaptando la forma en la medida de lo posible. Los programas de T.A. no sólo no comprenden en absoluto el mensaje sino que calcan la forma, por lo que casi nunca aciertan.

Ante este panorama, las llamadas “memorias de traducción” (M.T.) son las herramientas informáticas que más automatizan la traducción y que más útiles son, porque dejan en manos del traductor la parte creativa y se limitan a recordarle cómo se ha traducido antes un párrafo igual o muy similar.

En una M.T., el traductor traduce sobreescribiendo la frase original. Con la sobreescritura se ahorra ya copiar números, nombres propios y códigos complicados. La M.T. memoriza ese par de frases para “recordarlo” más adelante o en otro texto. Cuando se encuentra con una frase igual o casi igual, propone de inmediato la traducción validada en su día por el traductor. Un buen programa de M.T. es incluso capaz de modificar la traducción propuesta y adaptarla cuando los cambios respecto a la frase inicial se limitan a números o nombres propios. El traductor siempre tendrá que dar su visto bueno a estas sugerencias (pero se ahorrará reescribirlo).

El trabajo extra que supone crear la memoria de traducción, es decir, hacer la primera traducción con un programa de M.T. se ve compensada con las posteriores actualizaciones del documento. Porque, eso sí, la creación de la memoria, trabajar con estos programas e ir creando pares de frases, es una labor también bastante dura y lenta. Las M.T. son, sobre todo, una inversión de futuro. Son adecuadas para catálogos y manuales muy repetitivos ya en el mismo texto y sujetos a actualizaciones periódicas.

Los programas más extendidos que hay en el mercado son Trados, Transit, XSDL y Déjà Vu. En eurolink utilizamos principalmente el Déjà Vu, por ser el más potente y el más versátil ya que reconoce las últimas versiones de los programas más conocidos y puede trabajar con los formatos de prácticamente cualquiera de los otros programas de M.T.



¿QUÉ VENTAJAS SUPONEN LAS M.T. PARA EL CLIENTE?

Con las M.T. entregamos las traducciones:

con total fiabilidad en números y códigos,
con total seguridad de no habernos “saltado” nada,
con máxima homogeneidad léxica y fraseológica aunque cambie el traductor.
en el mismo programa y con el mismo formato que el original, ya que el programa de M.T. los reconocerá y respetará.

El plazo de entrega no varía, pero si en el texto hay muchas repeticiones, se puede reducir, aunque el tiempo previo de preparación también consume su tiempo.

Cuando lo deseado es actualizar un documento previamente traducido con una M.T., no sólo se mantiene el estilo y la terminología, sino que se detectan de inmediato los cambios respecto a la versión anterior y el resultado final se obtiene en un tiempo considerablemente menor.



¿QUÉ REQUISITOS SON NECESARIOS PARA USAR BIEN UNA M.T.?

Que el original esté en formato electrónico (en Word, Excel, WordPerfect, PageMaker, etc.) y que esté bien hecho (sin faltas, sin cortes de línea manuales dentro de una frase, etc.),

Para que sea verdaderamente rentable, el original debe haberse redactado aprovechando bien las funciones básicas del programa de tratamiento de textos y teniendo ya en cuenta que este original deberá ser traducido. Si, además, sabemos que se traducirá con una M.T., se pueden tener en cuenta los aspectos de repetitividad (uniformidad de formato: dos frases idénticas pero una con negritas o cursiva y la otra no, ya no son idénticas).

Volviendo a uno de los principios fundamentales de una buena traducción, la necesaria colaboración del cliente: Para lograr una buena traducción (véase instrucciones para los clientes) es necesario saber el qué, cómo, cuándo y para quién o por qué de una traducción. Hay que poder acceder a información adicional y el original debe ser bueno y definitivo.